Agro Actualidad

¿Por qué proteger las semillas de trigo antes la siembra?

Para pensar en grandes saltos productivos primero hay que enfocarse en el origen de todo, la semilla. A través del tratamiento de semillas los cultivos pueden expresar su máximo potencial de rendimiento, y en el caso del trigo, que constituye una excelente opción como cultivo de invierno, realizar una adecuada protección previa a la siembra es sinónimo de éxito y rentabilidad. 

Sembrado después de la cosecha de soja, generalmente a partir de abril, el trigo se considera una buena opción para la rotación de cultivos. Si bien es una alternativa interesante para mantener la sanidad de los próximos cultivos, necesita planificación y cuidados desde antes de la siembra a fin de aprovechar la calidad genética de la semilla y que esto más adelante se traduzca en mayor productividad. Varias enfermedades de importancia económica que ocurren en el trigo son causadas por patógenos que pueden transmitirse a través de la semilla. En este caso, la semilla sirve de refugio, siendo uno de los principales medios de diseminación.

El tratamiento de semillas tiene varios objetivos, entre ellos: prevenir la introducción de hongos necrotróficos -asociados a la semilla- ya existentes en el suelo, evitando así la transmisión a las raíces y la parte aérea; ayudar a mantener la uniformidad del stand de plantas; otorgar mayor control de hongos biotróficos como el oídio y la roya; reducir la fuente de inóculo de la enfermedad primaria y mejorar la eficiencia de los tratamientos realizados en los brotes.   

 

En la actualidad cada vez son más los productores interesados en este tipo de soluciones agrícolas pues favorece la consolidación de cultivos saludables al asegurar que, en las fases iniciales de su desarrollo, las semillas presenten una germinación optimizada para que el cultivo tenga mejores condiciones para expresar su máximo potencial de rendimiento. Según manifestó Ricardo Trautmann, jefe de Nutrición Vegetal de Agrofértil, el tratamiento de semillas con fungicidas e insecticidas otorga diversos beneficios, y si hablamos del trigo, se observan plantas más vigorosas con soporte vegetal homogéneo, mayor rendimiento de grano y menor susceptibilidad a plagas y enfermedades de inicio de ciclo.  

Para definir el mejor tratamiento fungicida a utilizar en un lote de semillas, se recomienda un análisis sanitario, con el fin de identificar la incidencia y especies de hongos asociados a las semillas. Las formulaciones líquidas de fungicidas son más efectivas que el polvo seco. Lo ideal es usar entre 1% y 2% de agua para esparcir los fungicidas e insecticidas junto a la semilla, brindando una mejor cobertura de la semilla. 

Con cobertura inadecuada o insuficiente, habrá tres tipos de plantas en el campo, el primer tipo son las que se originaron de una semilla con buen tratamiento; el segundo tipo son las que emergieron de un tratamiento parcial (con menor dosis/menor concentración y menor cobertura de semillas); y el tercer tipo son las que se originaron a partir de semillas en la que el químico no está presente o es insuficiente para ejercer su efecto o acción completa. En este sentido, cuando hay un tratamiento desigual de la semilla, se espera que el cultivo también lo sea, lo que seguramente causará daños en el sistema, pues en esta condición habrá plantas contaminadas con un determinado hongo que se estará dispersando por toda el área, motivando así una fumigación más temprana del cultivo. 

 

Agrofértil, “Recomendación Segura” 

Pensando en las necesidades del agricultor, Agrofértil recomienda la utilización del pack más práctico y completo de tratamiento de semillas de trigo y arroz del mercado, Top Box Gramíneas, que incluye soluciones de alta calidad elaboradas con la más alta tecnología.

 

Dentro de este pack encontramos el fungicida de amplio espectro, Altimix Gram (Carbendazin 10,0%, Prothioconazole 5%, Piraclostrobina 1,25%), que otorga control sobre los hongos de la semilla y los presentes en el suelo; el insecticida Guepardo (Thiametoxam 35 %) con acción residual y actividad sistémica radicular, ideal para reducir el ataque de insectos que succionan tejidos vegetales; y el bioestimulante TOPSEED GRAM, con extracto de algas marinas que estimula el desarrollo radicular mejorando la germinación y el vigor del cultivo mediante la mayor absorción de agua y nutrientes.  

  

¿Sabías qué? 

Un buen tratamiento de semillas puede prolongar el periodo para la primera aplicación aérea de fungicidas. Esto a lo largo del ciclo productivo podría traducirse en un ahorro de tiempo y dinero para el productor al disminuir el número de aplicaciones de defensivos agrícolas en su parcela.  

1 junio, 2022
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