Agro Actualidad
Tres errores comunes al momento de seleccionar semillas de soja
Es bien sabido que son varios los factores que pueden impactar en la productividad durante la campaña de soja, no obstante, existen algunos errores puntuales al seleccionar semillas de soja que inciden directamente en la calidad del cultivo comprometiendo el éxito en la cosecha.
Si hay algo en lo que los especialistas coinciden es en la importancia de la cuidadosa elección de las variedades para afrontar la zafra de soja. Las semillas son el material de primer orden y, por ende, hay que tener en cuenta sus valores agregados pues influyen en el rendimiento del cultivo. Algunos puntos como la resistencia a plagas y enfermedades, pureza, genética y otras características fisiológicas marcan la diferencia en el resultado final.
Durante la etapa de planificación suelen acontecer errores que impactan en todo el ciclo de la soja. Estos desaciertos limitan el potencial de rendimiento del cultivo, lo que a su vez se traduce en niveles de productividad por debajo de las expectativas previstas.
A continuación, compartimos los errores más comunes al momento de seleccionar las semillas de soja y algunas sugerencias para orientar la toma de decisiones del productor:
1. Optar por “semillas comunes”
Las semillas comunes podrán parecer una opción atractiva a simple vista por su accesibilidad, pero este aparente ahorro de costos implica sacrificar un aspecto primordial en la producción de soja, el “control de calidad”, comprometiendo el nivel de pureza, germinación y vigor.
Al tratarse de semillas que no cumplen con los estándares exigidos en la agricultura moderna, estas representan un riesgo para la producción ya que las semillas comunes pueden tener una calidad desconocida o variable, lo que afecta negativamente el rendimiento de los cultivos aumentando el riesgo para el productor en términos de inversión y resultados esperados.
La recomendación es optar por variedades certificadas que poseen un registro de origen concreto, desarrolladas con tecnología para mejorar rendimientos y resistencia. Esto brinda al agricultor la seguridad de estar adquiriendo semillas que cumplen con los más rigurosos estándares del sector, contribuyendo a la producción de cultivos de alta calidad.
2. Desconocer las innovaciones en genética de semillas de soja
La industria agrícola ha incorporado en los últimos años tecnologías de punta con el objetivo de elevar la productividad en el campo, y continúa innovando para hacer frente al desafío que supone el aumento de la demanda de alimentos.
Al margen de la pureza de las semillas, no debemos dejar de lado los aspectos relacionados a la genética. En el mercado actual contamos con biotecnologías que introducen o amplifican importantes características agronómicas de la soja, como la adaptación a diversas regiones y condiciones climáticas, además de la marcada resistencia a determinadas plagas y enfermedades.
Descartar las innovaciones en genética podría privar a los productores de los beneficios de tecnologías como IPRO (que aporta tolerancia al glifosato, y protección contra las orugas que atacan la soja) o Intacta 2 Xtend® (que ofrece protección contra las principales orugas de la soja y tolerancia a los herbicidas dicamba y glifosato), biotecnologías presentes en el portafolio de Neogen.
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3. Falta de monitoreo del desempeño del cultivo
Cada campaña agrícola debe considerarse una valiosa oportunidad de aprendizaje para el agricultor. Aunque las variedades de soja presentan características que se ajustan a las necesidades de diferentes regiones, los expertos aconsejan evaluar su comportamiento a campo y prestar atención a los mínimos detalles a lo largo de su ciclo para optimizar la producción.
Las variedades de soja poseen sus propios atributos y ventajas, por lo que resulta esencial el monitoreo constante para comprender cómo estas características pueden traducirse en una mayor productividad en regiones específicas.