El tratamiento industrial de semillas (TSI) ha revolucionado por completo la manera en que los agricultores encaran la siembra de soja, garantizando no solo la protección de las semillas, sino también el incremento sostenible del rendimiento. ¿Cuál es el secreto detrás de las cosechas exitosas? Descubramos cómo una estrategia de producción inteligente marca la diferencia.

Gran parte del éxito en la producción de soja se construye antes de la siembra. En este sentido, la atención especial a la semilla es fundamental, ya que el potencial genético debe traducirse en buenos resultados al final de la zafra. En etapas tempranas de desarrollo las semillas están expuestas a diferentes factores que pueden causar daños significativos, repercutiendo en el rendimiento posterior del cultivo.

Uno de los principales pilares para lograr una alta productividad en el cultivo de soja es el tratamiento industrial de semillas (TSI). Este método otorga protección para incrementar el vigor de las plantas, haciéndolas más resistentes a entornos desfavorables del suelo.

A medida que la tecnología avanza y los defensivos agrícolas mejoran su eficacia, dicha práctica continúa evolucionando, ofreciendo soluciones innovadoras para una agricultura más eficiente y sustentable.

También te puede interesar: Agrofértil inaugura su Industria de Beneficiamiento de Semillas (IBS)

¿Sabías qué?

Durante la germinación las plantas pasan por su momento más vulnerable y necesitan más energía para sobrevivir al ataque de enfermedades e insectos. Contar con la ayuda de un buen tratamiento industrial de semillas es muy importante, pues las problemáticas asociadas a esta etapa siguen siendo responsables por reducir aproximadamente un 40% la producción mundial cada año, según indica Syngenta.

En este blog hablaremos sobre los beneficios del tratamiento industrial de semillas de soja y cómo puede impulsar el aumento de productividad en el campo:

1. Protección integral desde el inicio

El tratamiento industrial de semillas brinda una primera línea de defensa contra diversas amenazas. Desde el momento en que las semillas entran en contacto con el suelo, se enfrentan a enfermedades fúngicas, plagas y condiciones adversas que pueden comprometer su potencial de desarrollo.

El TSI involucra tanto tecnología e innovación como también agentes químicos y biológicos (fungicidas, insecticidas, inoculantes, bioestimulantes, polímeros, etc) que establecen bases sólidas para mejorar el desempeño de la plántula.

También te puede interesar: Tres errores comunes al momento de seleccionar semillas de soja

2. Estimulación del crecimiento vegetativo

La integración de bioestimulantes y otras soluciones en el TSI estimula la formación de raíces más fuertes e incrementa la absorción de nutrientes. Las semillas tratadas no solo crecen más rápido, sino que también desarrollan un sistema radicular más robusto para una elevada resistencia a condiciones desafiantes del entorno y una mayor estabilidad durante el ciclo.

3. Uniformidad en la emergencia

Al asegurar una germinación más uniforme, el TSI contribuye a un establecimiento más homogéneo del cultivo, lo que resulta clave para la gestión eficiente del campo y aumento del rendimiento.

Ojo al dato:

El tratamiento de semillas impulsa una agricultura más eficiente a través de la optimización de los recursos. Esto es especialmente clave en regiones con recursos limitados y altos costos de producción, donde la eficiencia puede marcar la diferencia en la rentabilidad del cultivo.