Agro Actualidad

Principales enfermedades que podrían afectar en la presente campaña de soja

Publicado por: Campo Agropecuario |DIC. 17, 2018


Entre los factores que contribuyen la disminución de la productividad de soja en el Paraguay se encuentran las enfermedades fúngicas. La intensidad de las lluvias y la humedad que existe en el ambiente en la presente campaña está siendo favorable para el desarrollo de patógenos causantes de Damping off (muerte de plántulas).

La mayoría de los hongos causantes de muerte de plántulas están presentes en el suelo. Gran parte de los hongos poseen la capacidad de sobrevivir en forma indefinida porque poseen estructuras de resistencia, lo que permite la viabilidad por largos periodos de tiempo.

En el Paraguay los hongos del suelo de mayor predominancia pertenecen a los géneros fusarium spp, Macrophomina phaseolina, Rizoctonia solani, Pythium spp spp. Phytophthora spp. El principal daño ocasionado es la reducción del stand de plantas, que como consecuencia puede reducir el rendimiento, en algunos casos cuando las incidencias son altas y hay drástica reducción del stand de plantas, es necesario realizar la resiembra, como lo estamos observando. Este problema está muy asociado al monocultivo.

Las alternativas de manejo de este problema son el tratamiento de semillas con fungicidas de amplio espectro, rotación de cultivos y el manejo adecuado de suelo.

Otras de las enfermedades que estamos observando es la roya, es una de las principales enfermedades de la soja en el país y en condiciones favorables se producen considerables pérdidas de rendimiento a nivel de campo de hasta 90% en cultivares susceptibles si no es controlado a tiempo. Los síntomas son la aparición de pequeñas pústulas de color castaño claros en el haz de las hojas y en el envés de las hojas, se observa una coloración amarronada y luego va tomando un color marrón rojizo, oscureciéndose esas lesiones a medida que se desarrolla el patógeno; se forma las uredias que después se diseminan a través del viento.

Una uredia puede producir hasta 3.000 esporas por día en condiciones favorables. Es una enfermedad policíclica lo que dificulta su control por tener varios ciclos de la enfermedad en un mismo ciclo del cultivo. En una campaña normal se realizan tres aplicaciones y hasta cuatro en zafriña. Generalmente las siembras más tardías son más perjudicadas porque la presión de la enfermedad inicia en el mes de diciembre.

En la campaña 2015/2016 se han registrado hasta cinco aplicaciones por la presión que hubo de este patógeno. Y en la campaña 2016/17 se realizaron hasta tres aplicaciones. Inicialmente el control se realizaba con los productos del grupo químico de los triazoles, luego aparecieron las mezclas de estrobilurinas + triazoles pero rápidamente se han registrado fallas en el control por mutaciones asociadas a estos grupos químicos.

En los últimos años se viene utilizando triple mezclas (Triazoles+estrobiluirinas+carboxamindas) donde también ya se han observado fallas en el control en tres últimos dos años, actualmente se utilizan estos productos en mezclas con multisitios (mancozeb, Clorotalonil, etc.) y se está adoptando el uso de morfolinas como curativo. Sin embargo, el mejor aliado para el control de esta enfermedad es el control genético, existen en el mercado local variedades con genes de resistencia y otras variedades tolerantes, con la utilización de esta tecnología se minimizan las aplicaciones para este patógeno.

Su principal hospedero es el Kudzu (Pueraria lobata), que es la fuente de inóculo más importante además de la soja guacha, esta planta está presente en varios puntos del país.
Desde el año pasado se viene realizando monitoreo de soja guacha en todas las zonas sojeras del país, este año se realizó la primera semana de agosto en 14 localidades y todas presentaron síntomas de roya lo que ya está propiciando a infecciones tempranas.

Es importante el manejo adecuado para esta enfermedad; eliminar en lo posible plantas guachas, utilizar variedades con buen comportamiento, realizar aplicaciones calendarizadas en variedades susceptibles sin esperar a ver los síntomas por la rápida diseminación y agresividad que posee, también utilizar productos multisitios para proteger las moléculas que siguen siendo efectivas.

Otras de las enfermedades que pueden aparecer en este ciclo de cultivo es Cercospora kikuchii. Es una enfermedad típica de fin de ciclo cuyos síntomas comienzan a observarse a partir de R4 aproximadamente, aunque el patógeno puede encontrarse al estado latente en etapas previas en las hojas y en otros órganos aéreos de la planta. El rastrojo del cultivo de soja anterior y la semilla constituyen las fuentes de inóculo primario. Los Síntomas en las hojas presentan lesiones angulares a irregulares, de color morado a púrpura.

Es común observar coloración púrpura generalizada en la cara superior, sobre todo en las hojas más expuestas a la radiación solar. En vainas se observa un manchado de color morado y oscuro que puede generalizarse abarcando toda la superficie de las mismas. En semillas se observa el síntoma más evidente que es la presencia de manchas de color púrpura, acompañadas frecuentemente por agrietamiento del tegumento. No siempre la semilla infectada presenta manchado.

La semilla infectada puede originar plántulas. Los daños son más graves en monocultivo con siembra directa. La coincidencia de alta humedad relativa y temperaturas de 26 a 30 ºC durante 3 a 5 días favorecen la esporulación y diseminación del hongo, con períodos de rocío prolongados aumenta la incidencia de esta enfermedad. Para el manejo de esta enfermedad es importante utilizar semillas sanas o tratadas con fungicidas, rotación de cultivos, aplicación foliar de fungicida entre R3-R4, una vez observados los síntomas en las hojas ya dificulta su control.

Septoria glycines es una enfermedad que aparece todos los años en mayor o menor incidencia dependiendo de las condiciones climáticas y para esta campaña es muy probable que tengamos una alta incidencia. Se manifiesta primero en plántulas, durante las semanas iniciales del cultivo, y luego se torna nuevamente conspicua en estados próximos a la madurez.

Los primeros síntomas se pueden observar en cotiledones, hojas primarias y hojas trifoliadas del tercio inferior de la planta. Las lesiones aparecen como manchas irregulares de color marrón oscuro y de tamaño y forma variable. Las hojas infectadas se tornan rápidamente amarillas y caen prematuramente. Bajo condiciones ambientales favorables puede causar una importante defoliación en la mitad inferior de la planta.

Los síntomas se hacen más notorios a medida que el cultivo se aproxima a su madurez. Las lesiones en las hojas maduras le dan a estas una coloración rojiza, provocando su caída prematura. El inóculo primario proviene de la semilla infectada o de residuos de plantas infectadas de la temporada anterior. El viento y el salpicado de lluvia distribuyen las esporas del hongo a partir de las lesiones primarias presentes en cotiledones u hojas primarias. El desarrollo de la enfermedad se ve favorecido por temperaturas medias diarias superiores a 21 ºC y las precipitaciones constantes y alta humedad ambiente.

Otras de las enfermedades no menos importante es Síndrome de Muerte súbita causada por varias especies de fusarium. Generalmente, el síndrome de la muerte súbita de la soja no se detecta en el follaje de las plantas hasta después del inicio de la oración. Los síntomas iniciales es un moteado clorótico difuso y un arrugamiento de las hojas. Más adelante, el tejido foliar amarillea entre las nervaduras principales, luego muere. Esta clorosis y necrosis internerval es típica, pero estos síntomas no son diagnósticos por sí solos porque pueden confundirse con los síntomas foliares de otras enfermedades. Poco después, los folíolos mueren y se marchitan. En casos severos, los folíolos se caen, dejando los pecíolos adheridos al tallo. Para el diagnóstico, el cuello (o corona) y la raíz principal deben abrirse en dos y se debe observar una pudrición blanda.

Para el control de esta enfermedad debe evitarse la siembra de cultivares de soja altamente susceptibles en campos con alto riesgo. Para el manejo de esta enfermedad y otras enfermedades edáficas, es fundamental mantener un registro de campo de cuándo y dónde se presentaron las mismas. Los dispositivos portátiles de GPS pueden ser de utilidad para cumplir este objetivo, pero un buen plano del campo con las áreas problemáticas puede ser suficiente.

Los campos severamente afectados deberían identificarse para sembrarlos más tarde y realizar en ellos operaciones que mejoren la permeabilidad del agua, incluyendo prácticas de cultivo que corrijan la compactación o el drenaje.

Macrophomina phaseolina es una enfermedad que aparece cuando hay estrés hídrico y altas temperaturas, podría aparecer entre los meses de enero y febrero. Los síntomas más comunes son hojas amarillentas que luego se necrosan y mueren, estas hojas quedan retenidas en los peciolos. Los tejidos de la base del tallo se decoloran y se produce marchitez de la planta. La corteza de la raíz se desprende fácilmente, formando microesclerosios subepidérmicos de color negro, este síntoma también se observa en el tallo de forma de estrías o líneas negra.

El momento de aparición de esta enfermedad es entre R5-R7 respectivamente, se disemina a través de la semilla. Para el manejo de esta enfermedad se debe considerar el uso de variedades resistentes o tolerantes y la rotación con especies no hospederas.

Como esta campaña es bastante lluviosa y según pronósticos se preveen más lluvias, hay que monitorear constantemente los campos de soja para poder detectar los posibles problemas que pueden estar afectando al cultivo para así poder resolver rápidamente sin que ocurran pérdidas graves.

Finalmente es muy importante el manejo adecuado con las herramientas disponibles, como cultivares resistentes, uso de fungicidas efectivos, rotación de cultivos, etc.

6 septiembre, 2019
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